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Mostrando entradas de 2007

El qué seducido por el cómo: Materia de Publicidad

1. Crear mundos En una sociedad que piensa en imágenes y que ha producido una ingente cantidad de analfabetos funcionales, todos parecen interpretar los mensajes publicitarios más que correctamente. Las piezas publicitarias son creación con función de resto. Resto con el que la creativa sabe hacer, produciendo objetos que a su vez dirigen a otro lado, a la adquisición de más objetos, como materia prima para construir mundos alternativos. Mundos de objetos reales y virtuales, pero paralelos, que seducen con una promesa de seducción. Hoy hacerse una identidad es lucir un logotipo. El especialista de marketing dice a la creativa qué hay que decir; la materia a comunicar, el fondo, el significado, lo racional inteligible, lo denotativo, la ventaja diferenciadora del producto o servicio en metonimia. La creativa goza vistiendo lo qué hay que comunicar con un cómo exclusivo; materializa el mensaje en piezas, dándole forma. Maneja el significante, abstrae para seducir. Es lo connotativo aden

Esta que invive...

Esta que invive sobre sí Alerta lo que toca en habla La experiencia de la cosa altera Almas sopla por la boca Ahíta de nana lucha insomne va de lúgubre y se dobla En roca de camino balbuciente Elige las notas en coartada La canción de enfrente, el rezo Loco se desborda en insondable Hacia dentro corta y lame Herida la apariencia ensimismada Al sólido líquido llegan mansas letras Discurso inagotable, son fehaciente Que en cuerda baila estratagema imantada suelta, forzada la espiral El habla que te alerta y toca La cosa que experiencias sopla Escapa el alma por la boca Invívete, inmora, invén

Su contraparte...

Su contraparte oblicua insiste en ser mirada por existir aúlla Urgencia detenida, lucha golpeante ansia roja por venas transparentes. Los astros fuerzan sonrisas dibujadas planeadas para detener la lágrima. Todo lo que asusta también teme La diluida parla ignora y se emborracha. Ulula el viento sobre piel helada quema el rayo atravesando capas Eso es carne incrustada en la ventana Pasan los viandantes, pasan caras.

Huella borrada...

Huella borrada que remolino devora sobrenadas la espuma por río de teorías y reapareces como red en nueva tesitura cual potente creadora de instantes como si. Si exploradora alrededor pudieras ahuecar el eje circulante en torno funámbula irías atrapando el sísentido hasta caer desnuda en tu estupor mejor. Pero dolor punza en el trazo mudo estancado resto del grito eres anuncia en ti esponja roja gimiendo sola un destino entero tiembla en su ahora.

Las bestias saben...

Las bestias saben dónde está la carroña. Usan de carnes que fueron dolorosas y del recuerdo nutricio para eones. Saborean todo lo que fue arrebatado. Identidad aquietada en putrefacta espera, ya no importan los mordiscos ni los besos. El gusano lo podrido devora lentamente, no percibe atuendos, ni la fama de los nombres, indiferente al anónimo detritus, no babea queja. Rebatir el pasado de reseca ignorancia Sepultar cualquier entretenimiento, mientras mi mano blanquecina disemina sus residuos.

Gime un punto...

Gime un punto, un punto en pozo. Llega reptando, a golpe de suspiros. Infinitesimal voz, parece mía. Balbuceo que soy. Me cuento. Enterrada avanzo, aspiro la luz ¿Los avisos? de cemento Peso dispuesto en capas, busca sentidos. Polvo acumulado bajo éxitos. Soy eso. Oxidada, entre mis plumas yertas, entretejida historia, trocada amnesia. Afilado pasa ese bumerán. Recuento. Culpa fue del otro ¿yo? Destripada.

Mutandis

Dioscórides ansiaba su Tractatus ante tímida esperanza cruel taxonomía Que miente el inescrutable proceso de la flora cuando el locus amoenus ofrenda días Alada por la brisa del muestrario Spleen se da a bucólica incisión Dialogando viento entre mil hojas Un pino pudo ser en moroso verdiazul A cada imagen se fundía otro desvelo Aquellas ramas pendían de los ojos bolas ingrávidas en plata y oro eco de prosas natividades y comercios Ascendente el paso, orillado el musgo Natura hizo escaparate en postal multicolor Con urbanita culpa la mirada entrega a lista encina su alcornoque recio El cielo turner a manto hierba Orienta guía inefable y su boquiabierta Cual sincero envite de planeta alieno salva la mirada de balbuciente lengua Una palabra encelada se balancea rebelde anda a su anegado brote Que cualquier surco hubiera remontado Si entretenida acabara de libar su urgente savia

Indeleble

El texto quebradizo es antiquísimo y se ofrece fragmentado. El papel yace transparente en infinitas y delicadísimas capas cortadas por agujeros sin fondo y precipicios de carencias. Papel sobre papel alado, todavía visible, dándose en un rojizo sepia. Oleadas de textos hasta formar una textura levitante mordisqueada por los bordes, rota en el centro, próxima a la desaparición. El recorrido con lupa aumenta la grafía de un idioma desconocido, lengua pretérita. Femeninos índice y pulgar manipulan unas pinzas pasando las páginas etéreas a cámara lenta, para colocarlas allí donde progresa el sentido, de línea en línea. Se trata de rellenar y reconstruir el rompecabezas. Su alegría es la coincidencia.Trazo de textos desamparados, fuera de lugar, perdidos a fuerza de eterno transcurrir del punto aquel en que vinieron a la luz. El saber que hay que adivinar, del que hay que sospechar, en el que hay que creer, se hilvana en retales claroscuros, ansiando arribar a su definitiva fijeza, a la co

Las minas del rey Salomón

Los protagonistas ingleses de la película norteamericana intelectualizan, se plantean cuestiones que están más allá del aquí y ahora, que afectan a los tres tiempos, que tienen que ver con sus motivaciones psíquicas, condicionadas por su pertenencia a la cultura occidental; atracción amorosa, juegos de poder, previsión de incidentes, conveniencia de seguir adelante arrostrando todos los peligros, o ceder y volver atrás. Ante ellos avanza la fila de aborígenes contratados para la expedición. La comitiva de portadores canta. Sus improvisadas letras narran lo que está cerca. No hablan del peligro abstracto de la jungla sino de animales que acechan; el guepardo, las serpientes, o los cocodrilos concretos, que pueden atacar en cualquier momento. Tampoco hablan de relaciones afectivas, que implican tiempo y continuidad, sino de la suerte que disfruta ahora el guía blanco, S. Granger, por llevar a su lado a la mujer de los cabellos de fuego, la pelirroja D. Kerr. Distintos radios de pensamien

El vacío vaciado

“No tenemos más que un recurso frente a la muerte: hacer arte antes de que llegue”. René Char Para que alguien hable, alguien debe ceder su habla y actuar el silencio. Ese esfuerzo de cada uno me produce, desde ya, una deuda. Por eso necesito deciros algo que siendo mío también se espejee (1) en vuestra experiencia. Así que, signifi-cantemos. Intentaré mostraros el proceso que en mí va de la angustia del Ser a la cura de la creación, atravesando el vacío. Como mi principal objetivo se centra en estimular el debate, dividiré este texto en dos apartados. En el primero fijaré una serie limitada de conceptos básicos para, en el segundo, contaros mi experiencia creadora. Vacío en Heidegger Si nos atenemos al núcleo teórico de Heidegger, su noción de vacío se da previamente. Es ontológico. Alude al vacío con el que todos venimos al mundo. Un vacío que es choque consciente del mundo contra el Ser y que produce angustia. Cuando se conciencia que somos seres arrojados al mundo adviene el Ser-a

Inauguración de Entreletras

Un vacío, sentido como algo consustancial (arrojado al mundo). Un vacío que espera ser actuado como sublimación (o espacio a rellenar por la creación de la vasija heideggeriana). Y, mientras, el vacío espera y de él se sigue…. Un vacío que siendo síntoma (vacío afectivo, juego de carencia y excesos, etc.) aun siendo psicótico (vertido dramáticamente en la biografía personal) pasa a ser una dádiva, un terreno interior / exterior para explorar. Objecte petite a Antes el vacío actuaba como imán. Al despertar, el Yo contingente se llena de realidad, recuerda progresivamente su papel en el mundo. La realidad lo reifica a través del recuerdo. Ese proceso, que en la juventud del no artista es automático, se ralentiza en el artista, hasta hacerse un imposible, el parto de la madurez. El salto adviene cuando, un día cualquiera, sedimento de los días inconscientes, el Yo neurótico se desdobla, ya no en busca de la terapia y la ayuda del Otro, sino en busca de lo que lo constituye. Un día en el q